lo correcto sería lo contrario, dijo el mago atún…
y las estrellas formaron una horrible línea en el cielo…
lo correcto sería lo prudente, dijo el ingeniero,
y eso fue un refresco para la vida cotidiana de estos porteños….
hay muchos sentidos comunes,
y hasta ellos mismos se enredan en una polémica,
que luego de unos días se violentan,
y nunca dejan de ser sentido común, nos comenta el ingeniero,
pero pasan a ser cosas espantosas en las calles…
sin ir mas lejos,
el alma de piedra goza de buena salud…
y, nos dice el ingeniero, podríamos clasificarlos en el conjunto de los negativos…
y hasta que punto es inevitable el desenlace violento?...
pues bien, si observas con tranquilidad esa calle que se pierde podrás recolectar un mínimo de belleza…
pero recolectar no es comprar,
y observar no es ver,
y la calle no es un camino,
la tranquilidad no es la calma,
perderse no es no saber donde estar,
la belleza no es hermosa,
y el mínimo no es poco….
el ingeniero sabe de lo que habla…
él tiene la experiencia necesaria…
pero la experiencia no es necesaria, nos interrumpe…
bueno, como hace el ingeniero para interrumpirnos aquí…?
yo no interrumpo, nos interrumpe el ingeniero,
no se porque usas el plural, nos dice el ingeniero,
apenas si veo un interlocutor y una silla ocupada…
es la red eléctrica donde al fin podremos atrapar a Dios, dice el mago atún…
confiándose en su instinto…
es necesario que un domingo como este puedas relajarte?
si, es necesario, dice el ingeniero…
lo correcto sería lo contrario, dijo el mago atún…
padeciendo una ley…
el ingeniero y el mago tienen algo en común: “no van a cambiar nunca”,
y si bien eso no habla bien de ellos a mi me da una cierta tranquilidad…
