Prólogo de cualquier historia...

En la selva nos cruzamos,
y nos fuimos dando cuenta que entre los dos podíamos ayudarnos, hacer cosas que uno solo jamás podría hacer,
y juntos fuimos progresando y los lazos de convivencia fueron dando lugar a otro tipo de lazos, mas profundos, mas sensibles y se tornaron mas importantes que lo que nos había unido.
Y esa unión se volvió confortable, y pasó a ocupar un lugar irremplazable en nuestras vidas en la selva…

Pero un día después de cenar ella abrió un viejo libro de ciencias naturales que decía que yo era su depredador…
Creo que ahí empezó el fin…