sufro las creencias de hombres que no se que realidad ocupan… entro en escena con un buen día, las cosas únicas están por todas partes, arranca mi caballo y cruzo la imprudencia con los brazos…
muerto de nada, tomando vapor, con las pastillas del eterno pasado, ajusticiando, en sueños, una fantasía que ya no responde… volver a la cocina, para esparcir un insecticida, de nervios duros, volcados de noticias, consumiendo inteligencia, para responder con hechos lo que significa sentir…
las sombras vienen a trabajar de noche, es mejor estar minimamente cuando es así… porque todo es lo que parece, aunque los juguetes esperen ansiosos un nuevo maltrato…
vivo abrazándome, teniéndome, buscando un camino que me lleve al mismo lugar, abandonándome y olvidándome… vivo esperándome, teniéndome paciencia, haciendo pequeños simulacros de frío, cantándome una canción de cuna, para poder dormirme, en mis brazos…