Busca la señal en ese corazón petrificado…
Investiga su quietud y su color lento…
Sumérgelo en el agua y espera que reaccione…
Ponlo sobre la mesa y dibújalo…
Averigua por donde se entra,
quien hizo que esté así?
Déjale música cerca para ver si se alimenta…
Sácalo al sol periódicamente…
Haz un cultivo de sus desechos…
Susúrrale un nombre,
Arrójalo contra la pared,
Trata de romperlo…
Inyéctale agua de río,
Llévalo a bendecir…
O háblale…
Háblale de tus sitios.
De abominables sueños…
De cómo se corrige el rumbo,
O de cómo deberíamos hacerlo…
Háblale de mis antepasados,
De impostergables tareas…
De cómo perdimos la guerra,
De cómo nos vengaremos…
Háblale de las paredes,
De los trucos para ganar,
Háblale del estómago,
Y de sus cuidados…
Háblale de la democracia…
De inocentes venenos…
Háblale de las salidas de emergencia,
O de cómo escapar.
Háblale desde los diarios,
Háblale desde el balcón.
Gesticulando las manos
en una grotesca comedia
Háblale de tu familia,
Y de lo mal que estábamos…
Háblale desde la radio,
Desde un comunicado…
Háblale de la abstinencia,
De las posibilidades,
Háblale de insumos,
Háblale de rock’n roll,
Háblale de pastillas,
De los celos y los muertos,
Háblale de la crisis energética,
De cómo preparar un viaje,
Háblale desde el páramo,
Hazle saber como se comunicarán…
Háblale de los gatos y sus grumos,
De los inversores, de los comandos.
Háblale de las hectáreas,
De los viejos amigos,
De patrullas lunar,
Háblale de sexo,
De fuegos artificiales,
Háblale de radiación
Y el porque de su existencia…
O mejor…
retirarte de la habitación sin hacer ruido
Y déjalo dormir….