casas de ORO
Hoy, que he pasado un día de ocio,
Con sus consabidos pensamientos,
Sus pequeños excesos
Y sus suficientes silencios…
Creo estar viviendo el sueño de un soldado, que mientras su herida le revela la estupidez de su destino, comprende inútilmente el ordinario deseo de una casa que una vez tuvo, y que finalmente era de oro…
Con sus consabidos pensamientos,
Sus pequeños excesos
Y sus suficientes silencios…
Creo estar viviendo el sueño de un soldado, que mientras su herida le revela la estupidez de su destino, comprende inútilmente el ordinario deseo de una casa que una vez tuvo, y que finalmente era de oro…
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