el pez...

el pez ambivalente corrige el rumbo todo el tiempo,
su cerebro ya no se esfuerza…
el punto culmine del día es la luminosidad,
defendiendo sus ideas por momentos,
haciendo pequeños abandonos.
Arrepentido de algo todo el tiempo,
El pez ambivalente sigue de alguna manera su perpleja vida…
Todos los días se sorprende siendo un pez,
Busca hogares abandonados por él mismo.
Sabe que ya es demasiado tarde para algo,
Y algo que esta a tiempo sin saber que.
Los caminos son de temperatura,
Y el pez trasciende con su apenas vida.
Sueña no flotar, y sorpresivamente mira hacia atrás.

Y el agua es una gracia atmosférica,
Y el cielo es un cúmulo de paciencia,
Y el pez anonadado larga una burbuja de bronca,
Y al mirarla subir comprende.
Y la piedra que solo tiene eternidad le dice,
No vamos a llorar ahora.

El pez ambivalente incorpora un paisaje desolador,
Los colibríes del agua pasan por su espalda y no los ve.
Y mira su memoria como ajena.
Podría alcanzar su condena para cumplir con algo?
Su sed es imposible…
Y renace de una grieta.
Vive en un faraón de oro.
Un jueves eterno.
Y ya esta pensando otra cosa,
El pez ambivalente.